Los lectores tienen ciertas expectativas en cuanto al contenido, la portada, la calidad de la impresión o el tacto. La tipografía es importante, aunque, al principio, no se le presta mucha atención. Si tenemos el mejor contenido en un libro, pero la disposición del texto y el tipo de letra no son los adecuados, será difícil de leer. De hecho, existen una serie de factores, tanto positivos como negativos, que pueden influir en la legibilidad de un texto.
¿QUÉ ES LA TIPOGRAFÍA?
La tipografía está relacionada con la apariencia visual de un texto y los distintos elementos de diseño. Su objetivo es organizar el contenido y los elementos de diseño de forma que el libro sea atractivo visualmente. El objetivo es conseguir que sea lo más agradable y fácil posible, de forma que el lector capte todo el contenido. Es necesario conocer los distintos hábitos de lectura o visión, los cuales son subjetivos, ya que dependen del tipo de lector. Además, difieren según el tipo de contenido y de lectura.
No hay reglas generales para los textos. Sin duda, es complicado tener en cuenta las preferencias y percepciones subjetivas de los lectores, pero para conseguir una lectura fluida, debes tener en cuenta preguntas como DÓNDE, CÓMO y QUÉ.
- ¿Dónde se va a leer? Es muy importante saber si se leerá en papel o en pantalla. En este texto se analizan las distintas posibilidades de diseño de los títulos impresos.
- ¿Qué contenido tiene la lectura? ¿Se trata de un texto literario, de divulgación, de texto, publicaciones científicas o una revista?
- ¿Cómo es la lectura? Dependiendo del tipo de lectura, el lector lee de forma distinta. Las novelas se leen de forma lineal, es decir, desde la primera a la última palabra. Los libros de divulgación se suelen leer de forma informativa, es decir, se escanea su contenido para encontrar secciones relevantes/ interesantes que luego se leen en su totalidad.
Según el tipo de lectura, se recomiendan distintas características tipográficas. En este artículo vamos a hablar de los textos literarios, los cuales se leen de manera lineal. Cuando el lector lee una novela de principio a fin, suele tardar varias horas. Si el texto tiene una letra muy pequeña, o las palabras están muy juntas, puede ser muy cansado.
En el caso de los textos literarios impresos, se suele utilizar la tipografía Serif, llamada Antiqua. Esto no quiere decir que no haya fuentes sans serif legibles, llamadas grotescas. Sin embargo, dichas fuentes no se suelen emplear en las novelas.
GROSOR DE TRAZO, ESPACIADO DE CARACTERES Y TONO GRIS
Otros factores que hay que tener en cuenta a la hora de elegir la fuente son el grosor de la línea y el espaciado de caracteres. Tu texto se establecerá en un tamaño de letra estándar, no muy grande, por lo que el espaciado de caracteres no debe ser muy pequeño. De lo contrario, el ojo tendrá dificultades a la hora de separar las letras, y acabará «tropezando» con las palabras. El grosor del trazo describe el ancho de las líneas que componen las letras.
Cuanto mayor sea la diferencia en el ancho de los trazos de las líneas de una palabra o fuente, más complicado será de leer un texto. Hay que evitar tamaños de letra demasiado finos o gruesos, ya que las palabras sueltas pueden jugar por sí mismas de forma natural. La tonalidad gris, es decir, el brillo del texto, también es un punto decisivo.
Si las letras son demasiado estrechas y las líneas demasiado gruesas, la tonalidad gris es muy alta, debido a la reducción del interior de las letras, lo que dificulta la lectura. Por el contrario, si las líneas son demasiado finas, hay falta de contraste y el valor de gris es demasiado bajo.
ESPACIADO DE PALABRAS Y LÍNEAS
El espaciado de caracteres no es lo único importante. Si es necesario, hay que ajustar tanto el espaciado de palabras (que es más complicado), como el de líneas. El espaciado entre palabras individuales supone un problema cuando los textos están alineados en tipo justificado. Esto significa la alineación del texto, de forma que todas las líneas, tanto de la izquierda, como de la derecha, tienen la misma longitud. En algunas ocasiones, los espacios entre algunas palabras pueden causar tropiezos en la lectura. Este hecho suele ocurrir en columnas de texto más estrechas, por lo que, en las novelas y en la mayoría de los textos, no será un problema. Si tienes en cuenta la justificación y la utilización de guiones en Microsoft Word, evitarás los problemas relacionados con el espaciado de palabras.
Por otro lado, el espaciado de líneas se puede cambiar de forma sencilla. El valor estándar es establecer un espaciado que corresponda al 120% de la fuente (en el caso de una fuente de 10pt, el espaciado de línea correcto sería 12 pt). Las líneas cortas pueden estar cerca unas de otras, mientras que, con las líneas largas, se debe aumentar dicho espaciado, siempre y cuando no queden áreas en blanco demasiado grandes.
JUSTIFICACIÓN
Para evitar que los márgenes sean demasiado anchos o estrechos, hay que justificar la longitud de las líneas. Las líneas cortas llenan más espacio, pero el lector tiene que saltar al principio de línea más a menudo. No es cómodo leer una novela cuyo texto es tan amplio como una columna de un periódico. Las líneas largas aumentan el riesgo de salto entre líneas, por lo que exigen más concentración por parte de los lectores.
La longitud y espaciado de las líneas, junto con el tamaño de la letra, son factores que determinan el espacio ocupado en las páginas. Por eso, estos elementos son adecuados si deseas aumentar el número de páginas de tu libro, puesto que parecerá más extenso. Sin embargo, si las páginas del libro están realizadas con márgenes de página e interlineado en su totalidad, este hecho no es atractivo para tu audiencia. Tampoco lo es de forma visual ni en términos de lectura. Lo mejor es realizar un buen uso del espaciado en tus páginas.
ESTILO DE FUENTE
Estos son algunos elementos que hay que tener en cuenta, ¿verdad? En realidad, hay más. Sin embargo, no queremos mencionar demasiados, pues ya contamos con una base adecuada. No podemos evitar los problemas relacionados con el tamaño y el tipo de letra. La elección del tamaño de fuente es sencilla, ya que, en un texto continuo, se puede reconocer si la fuente es demasiado grande o pequeña.
En cuanto al «tipo de letra», hay que tener en cuenta algunas cuestiones, como el espaciado de caracteres, la posición y el ancho de la línea. La posición significa si es cursiva o no. El ancho de trazo describe el espaciado y la anchura de los caracteres individuales y el grosor de la línea describe el ancho de las líneas de las letras.
Para los distintos tipos de fuentes, hay varios estilos que forman una familia de fuente. Las más comunes son las cursivas, las negritas o las cursivas negritas. En la mayoría de los textos, no se recomienda el uso de este formato, sin embargo, hay palabras u oraciones individuales que se pueden enfatizar usando dichas fuentes.
¡Sin mencionar los títulos! Si estructuramos un texto en capítulos, donde ponemos encabezamientos, la fuente puede ser más grande y/ negrita o cursiva, es decir, debe ser distinta.