Cómo escribir un libro de fantasía que tenga éxito

La fantasía es un género popular entre jóvenes y mayores, y llena las estanterías de las librerías, tanto físicas como virtuales, con un éxito cada vez mayor. Lee este artículo para aprender cómo escribir un libro de fantasía.

¿Qué es lo que hace que tenga tanto éxito? La fantasía es un género «abierto», y eso es lo que la hace tan popular. Se pueden expresar diferentes sensibilidades, tanto si quieres compartir tu mundo de fantasía con los lectores como si simplemente quieres expresar tus ideas a través de reinos que no están arraigados en la realidad. El libro de fantasía funciona como una forma indirecta de redibujar los contornos de nuestras vidas modernas a través de una historia que tuvo lugar en un reino lejano. Una escapada merecida para algunos, una inspiración para otros.

La fantasía, un género literario muy amplio

¿Es realmente un libro de fantasía lo que quieres escribir? Según el Larousse, la fantasía es «un género literario que mezcla mitos, leyendas y temas de fantasía y maravilla en un ambiente épico». Sólo esta definición evoca en nuestra mente imágenes de bosques encantados, castillos custodiados por dragones y amadas brujas volando en sus escobas mágicas.

Aunque algunos géneros literarios pueden solaparse entre sí, debemos distinguir los libros de fantasía de los siguientes géneros:

• libro de ciencia ficción
• libro distópico

Al escribir un libro, puedes mezclar estos géneros entre sí o con otros (¡escribir un thriller fantástico, por ejemplo!).

También hay que tener en cuenta la diferencia entre la alta fantasía y la baja fantasía. Por ejemplo, Harry Potter, de J.K. Rowling, es baja fantasía porque los magos viven de incógnito entre los muggles, mientras que Eragon, de Christopher Paolini, es un libro de alta fantasía porque no se basa en la realidad, sino en un mundo imaginario. En esta historia, por ejemplo, los dragones siempre han existido.

Un libro de fantasía también puede incluir subgéneros como la fantasía oscura, la fantasía heroica, la fantasía romántica o la fantasía urbana.

En cualquier caso, si quieres escribir un libro de fantasía, tendrás que investigar un poco. Es esencial en tu camino como escritor independiente que sepas en qué género literario encaja tu libro.

Estudia bien tus mitos fantásticos

Los mitos y las leyendas son construcciones imaginarias que a menudo surgieron para abordar hechos sociales de los que no podíamos hablar o para explicar fenómenos que no podíamos entender. Se conocen miles de ellas, ya sea a través de relatos escritos o de tradiciones orales del folclore.

He aquí algunos ejemplos:

• La mitología griega, rica en criaturas como Circe y el Minotauro.
• Cuentos de hadas, con sirenas, dragones y el lobo feroz.
• El folclore del norte de Epaña (porque hay que mencionar uno), que reconoce los mitos del mago asturiano de la lluvia Nuberu o el de los Galtzagorri vascos.

Cada una de estas historias se inspira tanto en hechos reales como en creencias que se han convertido en leyendas urbanas en el inconsciente colectivo. Es tu tarea investigar el tema y hacerlo tuyo.

Por supuesto, no estás obligado a aceptar un mito tal cual. Al revés, revisar un mito es una muy buena idea. Todos recordamos la interpretación que Stephenie Meyer hizo del mito de los vampiros en Crepúsculo, mientras que es más comúnmente aceptado que los vampiros se queman y mueren al sol. Es esta repetición de mitos y leyendas, a menudo a través de libros de fantasía, la que hace que todos tengamos una idea de lo que es un ogro o un dragón.

Da rienda suelta a tu imaginación

Una vez seleccionados los mitos que quieres que aparezcan en tu novela, es el momento de potenciar tu imaginación y creatividad.

Para ello, permítete soñar despierto. Aunque a menudo está mal visto, soñar despierto permite desconectar. Y es precisamente cuando desconectas de tu mente cuando surgen las mejores ideas. Así que tómate unos minutos al día para dejar volar tu imaginación e ir a tu tierra de fantasía.

Si este método no te funciona, siempre puedes probar otras formas de estimular tu imaginación:

• observar la naturaleza, los extraños en la calle.
• inspiración a través del arte, por ejemplo, dibujando, pintando o visitando un museo.
• crear un vision board para materializar lo que visualizas en tu mente.

Por supuesto, potenciar la imaginación también significa escribir un poco cada día. Anotar palabras y organizar las frases te ayuda a poner en orden la historia, lo que luego abre la puerta a las posibilidades del resto de tu relato.

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Escribe buenas batallas en tu libro de fantasía

Lleguemos al fondo del asunto. Para escribir un buen libro de fantasía, los personajes suelen tener que emprender una búsqueda o una lucha. Esta última suele adoptar la forma de una guerra, ya sea en el campo de batalla, dentro de uno mismo o contra fuerzas superiores como la madre naturaleza.

En efecto, el héroe principal debe ser llamado para una misión que le permita vencer un mal desenfrenado.

Para ello, es fundamental que practiques la descripción de las escenas de batalla. Asegúrate de tener el campo léxico adecuado y elige lo que es importante contar sobre el combate. Puede ser una batalla final que determine el final de tu libro o un momento clave que sirva para introducir nueva información para la trama general.

Presta especial atención a estos aspectos cuando escribas tus escenas de lucha:

• utilizar más acción que descripción.
• mantener un diálogo corto y claro.
• proporcionar detalles sobre el estado psicológico de los oponentes.
• pensar en una secuencia coherente de acciones que haga evolucionar la trama.

Diversifica tus personajes al escribir un libro de fantasía

Los personajes de tu libro de fantasía deben estar bien desarrollados. Si quieres captar la atención de los lectores aficionados a la fantasía, dota a tus protagonistas de características especiales que sólo se encuentran en las novelas de fantasía. Pueden ser poderes mágicos, características físicas determinadas o un pasado legendario. Sea como sea, no olvides darles al menos un carácter humano para que tus lectores puedan identificarse con ellos.

El elenco de personajes debe estar meticulosamente construido y cada uno de ellos debe estar implicado en la historia de forma que haga avanzar la trama. Un héroe o un equipo heroico es esencial. Del mismo modo, el combate requiere que haya maldad, encarnada o no por un personaje.

También puedes jugar la carta de la originalidad, apartándote de los arquetipos. ¿Por qué no convertir a un sabio mago en un anciano incoherente, por ejemplo?

Pon a prueba tu historia fantástica

El problema de nuestra imaginación es que a veces somos los únicos que la entendemos. En este caso, lo mejor es poner a prueba la historia de nuestro libro de fantasía.

La fantasía es un gran éxito en internet. Puedes probar a compartir online algunos pasajes de tu libro, sin publicarlo entero. Hay plataformas y foros que puedes encontrar fácilmente en los motores de búsqueda.

Esto es también una oportunidad para atraer a tu público objetivo e, incluso, construir un círculo de lectores beta. Para saber más sobre este tema, puede leer nuestro artículo sobre los lectores beta.

Esto también te permite no presionarte demasiado y evitar lanzarte a ciegas a escribir una trilogía de varios miles de páginas. Porque, aunque las novelas de fantasía más famosas sean series de varios volúmenes, no es obligatorio que hagas los mimo. Concéntrate en tu historia, sin pensar en los posibles volúmenes futuros. Siempre habrá tiempo para imaginar una secuela cuando hayas escrito el primer libro, sobre todo si a tus lectores les gusta y quieren una continuación.