Cómo empezar un libro que impacte al lector es el gran reto que todo escritor se plantea cuando la idea está lista y es el momento de sentarse a escribir. Ese inicio es la oportunidad de causar buena impresión y de enganchar al lector para que siga leyendo el resto de páginas, pero también es un momento clave para presentar otros elementos importantes del libro.
Esos elementos pueden ir desde el narrador que contará la historia, el tono y el estilo hasta la presentación de los personajes y el conflicto. Por ello, hay mucho en juego e impactar con las primeras frases y párrafos es algo casi obligatorio si un escritor desea que ese libro se convierta en bestseller.
Aunque también es una tarea que aterra y que no siempre se consigue, por lo que a continuación encontrarás unos consejos para escribir el inicio perfecto para que tu libro empiece con buen pie.
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Primer paso: planificar el inicio
Si un buen inicio es crucial, hay que hallarlo antes de escribir, en la planificación previa del libro. Puede que se quieran escribir muchas cosas, tener una idea de cómo será el libro y disponer de un orden cronológico de los hechos que se van a contar, pero eso no significa que el principio sea siempre lo más interesante. A veces lo que genera más intriga es comenzar con otra parte de la novela y alterar ese orden cronológico. Es decir: empezar por un momento emocionante del libro. Y para encontrar ese momento es necesario planificar.
La planificación de un nuevo libro es siempre una etapa importante que no hay que saltarse. Al contrario de lo que algunas personas piensan, no frena la inspiración en absoluto. En cambio, sí evita los bloqueos y las historias que se quedan a medias. La planificación, además, permite seleccionar esas escenas o momentos que son interesantes para el lector. Elegir una de ellas para el comienzo de un libro es siempre la primera decisión más acertada para lograr el éxito a la hora de cómo empezar un libro.
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Consejos y recursos para impactar al lector: cómo empezar un libro con buen pie
No existe una fórmula mágica que determine cuál es el mejor inicio para un libro, pero sí hay ciertos recursos y elementos a tener en cuenta tras haber elegido esa primera escena interesante que se ha planificado con anterioridad.
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1. Cómo empezar un libro: la primera frase
La primera toma de contacto del lector con la historia que guarda el libro serán esas primeras frases. Tienen que elegirse con lógica y con gusto para que llamen la atención, provoquen curiosidad e inviten a seguir leyendo para descubrir qué va a pasar.
Es interesante que esas primeras frases presenten al personaje, hablen del tema del libro, del conflicto o de la atmósfera para que así el lector se sienta enganchado desde el primer momento.
Aquí te muestro algunos ejemplos de libros maravillosos que tienen unas primeras frases impactantes:
«Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo: «Falleció su madre. Entierro mañana. Sentidas condolencias». Pero no quiere decir nada. Quizá haya sido ayer.»
Este extracto pertenece al inicio de ‘El extranjero’ de Albert Camus e impacta por la carencia total de empatía del protagonista, lo que invita a seguir leyendo para conocer qué ha pasado o por qué la noticia se asume con esa tranquilidad que no cuadra.
Las primeras frases de la novela ya invitan al desconcierto y generan preguntas, lo que ha convertido a Camus en un gran escritor célebre por su arte a la hora de introducir el relato o de cómo empezar un libro causando incertidumbre.
Otro ejemplo de gran inicio aparece en ‘El camino’ de Miguel Delibes:
«Las cosas podían haber sucedido de cualquier otra manera y, sin embargo, sucedieron así».
Este inicio es una advertencia, una anticipación de lo que se va a narrar en la novela. Una introducción muy simple que ha pasado a ser parte de la historia de la Literatura por explicar la novela en una sola frase. Este inicio aparece en todos los manuales de escritura sobre cómo empezar un libro porque es escueto pero impactante.
Y por último, como ejemplo de un inicio desconcertante:
«Si vas a leer esto, no te preocupes. Al cabo de un par de páginas ya no querrás estar aquí. Así que olvídalo. Aléjate. Lárgate mientras sigas entero. Sálvate. Seguro que hay algo mejor en la televisión. O, ya que tienes tanto tiempo libre, a lo mejor puedes hacer un cursillo nocturno. Hazte médico. Puedes hacer algo útil con tu vida. Llévate a ti mismo a cenar. Tíñete el pelo. No te vas a volver más joven. Al principio lo que se cuenta aquí te va a cabrear. Luego se volverá cada vez peor.»
Este fragmento pertenece al libro ‘Asfixia’ de Chuck Palahniuk. El autor utiliza la psicología inversa como una invitación para dejar de leer. Un recurso para despertar la tentación de seguir leyendo y que representa muy bien la trama extravagante del libro.
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2. Presentar al personaje
Algo que no puede faltar en el inicio de un buen libro es una gran presentación del protagonista principal a tiempo. No importa si son varios protagonistas, ya que lo realmente importante es que se haga cuanto antes para que el lector se vincule con ellos y quiera acompañarlos a lo largo de páginas y páginas.
Encontrar ese momento de presentación suele ser, a veces, complicado. Hay tanta información que aportar (narrador, contexto, lugares, descripciones…) que a veces los personajes pasan a un plano secundario y esto es un error. Incluso aunque se piense que por mostrarlos en la escena ya es suficiente, no lo es. Hay que dar información sobre ellos. ¿Cómo sino va a conocer el lector el deseo y los obstáculos del protagonista?
Presentar al personaje de una forma memorable hará que el lector se quede enganchado desde el inicio.
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3. Usar el conflicto para comenzar el libro
Un elemento que todo libro debe tener para que se produzca la historia es el conflicto. Usarlo para empezar la novela puede ser un verdadero acierto, pues causará impacto en el lector.
Eso sí, hay que explicarlo correctamente para que el lector no se sienta perdido o confundido. Y, de ese modo, se logre el efecto deseado: querer seguir leyendo para descubrir cómo van los personajes a superar ese conflicto.
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La fuerza del primer capítulo al empezar el libro
Si una primera frase o un primer párrafo es importante a la hora de cómo empezar un libro, el primer capítulo completo no se queda atrás.
Si se ha trabajado un gran inicio, la fuerza de impacto del libro en el lector no puede menguar cuando el primer capítulo finalice. Hay que intentar que todo ese primer capítulo muestre algo muy interesante y se cuente de forma intensa, memorable o que genere intriga.
Para conseguirlo es necesario que ese primer capítulo refleje el tono y el tema del libro para que sea como una promesa de lo que encontrará el lector si sigue leyendo. Es decir, ese capítulo inicial es una primera prueba del conjunto de la novela que encontrará después.
Un ejemplo rápido sería la novela ‘Los juegos del hambre’ de Suzanne Collins en la que ya en el primer capítulo se muestra el mundo post apocalíptico en el que sucede todo. Se deja muy claro cuál es la atmósfera de ese lugar donde hay opresión y violencia. La propia protagonista rápidamente explica las normas, lo que ocurre y cuál es el conflicto que tendrá que superar.
Este primer capítulo es como una promesa de lo que encontrará el lector si sigue leyendo, pues descubrirá con más detalle cómo es ese mundo, cómo es Katniss, la protagonista, y cómo se desenvolverá el conflicto.
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¿Un libro es bueno si no tiene un gran inicio?
Por suerte hay muchos otros elementos que son importantes para que un libro funcione, por lo que un mal inicio no supone que una novela fracase. Hay libros que tienen introducciones muy largas que no consiguen enganchar de primeras y que, aún así, se han convertido en bestsellers por ser fascinantes, como es el caso de ‘El nombre del viento’ de Patrick Rothfuss.
Lo importante es que un libro sea interesante, emocione o invite a ser leído. Por lo que, tal y como diría el gran Neil Gaiman: «Todo lo que puedas hacer para que las personas sigan pasando las páginas es legítimo».
Como escritor, eres la única persona que conoce los detalles de tu libro en profundidad, por lo que es tu misión encontrar esos elementos que pueden proporcionar un gran inicio. Lo demás será cuestión de trabajar tu escritura para conseguir ese maravilloso objetivo que consiste en que los lectores sigan pasando páginas.
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